La etapa 16 de La Vuelta a España 2025 será recordada no por el trazado completo que prometía emociones fuertes, sino por la inesperada irrupción de protestas que obligaron a recortar el recorrido a tan solo 8 kilómetros de la meta. Una situación lamentable, pues si bien los problemas sociales que motivan esas manifestaciones son sin duda relevantes, cuesta entender por qué deben trasladarse a un escenario deportivo y afectar a ciclistas y aficionados que nada tienen que ver con esas causas.

Entre incertidumbre y lluvia, la carretera nos regaló un mano a mano vibrante: Egan Bernal (Ineos Grenadiers) contra Mikel Landa (Soudal Quick-Step). Ambos, viejos guerreros del pelotón, demostraron que la grandeza del ciclismo no se mide únicamente por victorias absolutas, sino por la valentía de nunca dejar de pelear.

En el descenso rumbo a la meta improvisada, Bernal supo aprovechar el terreno técnico y con la sangre fría que lo caracteriza cruzó primero la línea de meta, firmando la primera victoria latinoamericana en esta edición de La Vuelta. Landa, siempre combativo, tuvo que conformarse con la segunda plaza, mientras que el joven francés Brieuc Rolland (Groupama-FDJ) cerró el podio a siete segundos.

La noticia que más revuelo causó fue el ascenso de Bernal en la general: ya es duodécimo, a 9’36’’ del líder Jonas Vingegaard. Puede que el top 10 aún esté a tiro, y el colombiano, después de todo lo que ha superado en su carrera, parece decidido a no rendirse.

En el plano de los favoritos, Vingegaard sufrió un pinchazo a 18 kilómetros de meta, pero la rápida reacción de su equipo evitó consecuencias mayores. El danés conserva el liderato con 48 segundos sobre João Almeida y 2’38’’ sobre Tom Pidcock. La clasificación sigue abierta, pero el reloj comienza a jugar en contra de quienes aspiran a destronarlo.

Lamentablemente, el recorte de la etapa nos privó de una llegada en alto que prometía cambios en la general y un espectáculo deportivo mucho más intenso. Ahora todas las miradas se dirigen a la jornada de mañana, con final en la montaña. Ojalá nada externo vuelva a alterar la ruta y podamos disfrutar del ciclismo en su esencia: esfuerzo, estrategia y pasión sobre la bicicleta.

Egan Bernal ha devuelto la sonrisa a Colombia y al pelotón latinoamericano. Su victoria no solo es un triunfo deportivo, sino un recordatorio de que los campeones nunca dejan de creer en sí mismos.