En una jornada que parecía hecha a la medida de Isaac del Toro, fue el español Roger Adrià (BORA-hansgrohe) quien terminó alzando los brazos en la línea de meta de la primera etapa de la Vuelta a Burgos 2025, tras un final tan inesperado como dramático.

Todo apuntaba a una definición explosiva, en la que el joven mexicano del UAE Team Emirates buscaba dejar huella. Sin embargo, a escasos metros de la meta, un pequeño error técnico tuvo consecuencias importantes: en plena curva cerrada, Del Toro tocó el pedal derecho con el asfalto, lo que provocó un derrape repentino de su rueda trasera y terminó en una caída que también arrastró a Giulio Ciccone (Lidl-Trek), quien venía justo a su rueda.

El incidente ocurrió tan cerca del final que por momentos se pensó que recibiría el mismo tiempo del grupo, protegido por la regla de los últimos tres kilómetros. Sin embargo, esta etapa no contaba con dicha protección.

Afortunadamente, Del Toro cruzó la meta apenas 11 segundos detrás del ganador.

A pesar del golpe y la evidente frustración, Del Toro se levantó de inmediato y llegó junto al pelotón, demostrando fortaleza física y carácter competitivo. No sufrió lesiones serias y continuará en carrera, con la mira puesta en las etapas montañosas, donde puede brillar.

Lo ocurrido es parte del proceso natural de formación de un ciclista de alto nivel. Isaac del Toro es, sin duda, un talento excepcional, con condiciones que lo colocan como uno de los grandes proyectos del ciclismo mundial. Pero, como todo diamante, requiere tiempo, experiencia y, sobre todo, un pulido constante.

El ciclismo no perdona errores técnicos, y aprender de ellos es parte fundamental del crecimiento. Como se dice en el pelotón: hay dos tipos de ciclistas, los que se han caído y los que se van a volver a caer. Del Toro, con apenas 21 años, ha demostrado que está en el camino correcto para convertirse en una estrella total. Y este tipo de jornadas, aunque dolorosas, también forjan campeones.