Hay días en el Tour de Francia que marcan época. Etapas que no solo definen clasificaciones, sino que reafirman legados y escriben con fuego los nombres de los grandes en la historia. La jornada de hoy, con final en el mítico Hautacam, fue exactamente eso: una demostración brutal de fuerza, inteligencia táctica y carácter de los titanes del ciclismo moderno. Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel no corrieron solo para subir posiciones; corrieron para hacer historia. Y de paso, el nombre del ecuatoriano Jonathan Narváez se grabó con letras doradas como pieza clave del asalto del UAE Team Emirates XRG.

La estrategia del Visma-Lease a Bike fue clara desde el banderazo: endurecer la carrera, aislar a Pogacar, golpear con ritmo sostenido y presión en cada puerto. Pero el esloveno, campeón del mundo y campeón de los corazones de los aficionados, no solo resistió: respondió con una autoridad abrumadora. Y lo hizo junto a un escudero inesperado para muchos, pero no para quienes conocen su clase: Jonathan Narváez, el combativo ecuatoriano, aguantó como un titán, lanzando a su líder en el momento exacto, como si la montaña le hablara y le indicara cuándo atacar.

El resultado fue una obra maestra de dominio: Pogacar se despegó de todos, con piernas y cabeza, volando en los últimos once kilómetros de ascenso, dejando sin respuesta al siempre valiente Vingegaard, que hoy simplemente no pudo más. El danés luchó con el corazón, pero el cuerpo no respondió como antes. Y Evenepoel, el pequeño gigante belga, se quedó sin piernas, cediendo más de tres minutos y medio.

Después de la meta, Pogacar no habló como el vencedor que arrasa, sino como el campeón que respeta:

“El Visma fue un gran equipo hoy, pero soy el campeón del mundo y lo afronté con el impulso de mi equipo. Tenía esta etapa en mi cabeza desde 2022… y hoy quise demostrármelo.”

En esa frase hay más que orgullo: hay una obsesión sana, un amor por el ciclismo que trasciende el tiempo. Como dijo Joaxen Fernández Matxín, director del UAE, en sus redes:

Tadej tiene una lectura de carrera perfecta. Nos gusta anticipar, asumir riesgos. Si nos equivocamos, es por jugar. Pero si ganamos, es porque no esperamos.”

Y ganó. Vaya que ganó.

Mención especial merece Narváez, el escudero perfecto, el latinoamericano que no se amilanó ante los gigantes, y que fue determinante para este golpe de autoridad. Ecuador puede sentirse orgulloso: no solo tiene un guerrero, tiene un artista del ciclismo.

Clasificación general tras etapa 12:

1. Tadej Pogacar — 45h22’51”

2. Jonas Vingegaard — a 3’31”

3. Remco Evenepoel — a 4’45”

Mañana nos espera la cronoescalada individual de Loudenvielle a Peyragudes, apenas 10,9 km, pero con potencial de terremoto. El Tour aún no termina, pero tras lo de hoy, parece que Tadej Pogacar ya está escribiendo su poema más bello en la historia del ciclismo.