Del 5 al 9 de agosto, los ojos del ciclismo mexicano estarán puestos en la Vuelta a Burgos, donde Isaac del Toro Romero se enfrentará a un nuevo desafío en su camino de consolidación como uno de los jóvenes más prometedores del pelotón internacional. Bajo el respaldo del UAE Team Emirates XRG, el ciclista de Ensenada continúa su formación con miras a convertirse, en un futuro cercano, en candidato real al podio de una de las tres grandes vueltas del ciclismo profesional.
La Vuelta a Burgos no es una carrera menor. Aquí han brillado figuras que luego conquistaron el mundo: Remco Evenepoel, Mikel Landa, Primož Roglič y Sep Kuss, por mencionar algunos. El mexicano buscará ahora escribir su propio capítulo, aspirando a la clasificación general en un recorrido exigente de cinco etapas, diseñado para probar piernas, inteligencia táctica y resistencia.
El debut será con una etapa de 205 kilómetros sobre el Camino de Santiago, con tres puertos de montaña que servirán de filtro natural para los aspirantes al título. La segunda jornada, más tranquila, será prácticamente llana y podría resolverse al sprint en Arlánzate, antes de que la carrera empiece a tomar forma en la tercera etapa, denominada “Origen del Castellano”. Con tres ascensos de tercera categoría y un puerto de primera a solo 17 kilómetros de meta, esta etapa será clave para quienes busquen marcar diferencias.
La cuarta fracción, “Energía Natural”, es engañosa: ondulada, con dos puertos de tercera, pero suficiente para castigar a los ciclistas antes del gran final. Y es que la etapa reina, “Patrimonio Enológico”, será decisiva con su llegada en alto a las míticas Lagunas de Neila, tras superar dos puertos de tercera, uno de primera, y ese coloso final fuera de categoría que ha sido testigo del nacimiento de grandes campeones.
En ese escenario se forjan los líderes del futuro. Isaac del Toro no solo busca sumar una victoria más, sino continuar construyendo su perfil como corredor completo, capaz de brillar en todos los terrenos y de soportar la presión que exige ser aspirante al Giro, al Tour o a la Vuelta a España.
La Vuelta a Burgos es, para muchos, una antesala. Para Del Toro, puede ser una declaración de intenciones: que está listo para escribir historia en el ciclismo mundial y que México puede soñar, por fin, con un campeón en una gran vuelta.