La cuarta etapa de la Vuelta a Burgos 2025, con su recorrido ondulado entre Santa Gadea del Cid y Pradoluengo (Requímel de la Sierra), fue un homenaje a la resistencia y sabiduría de los veteranos. A sus 37 años, el italiano Damiano Caruso alzó los brazos en la meta tras imponerse con inteligencia y clase, convirtiéndose en el ciclista más veterano en ganar una etapa en la historia de esta competencia. Luego llegaron los portugueses Rui Costa y Rui Oliveira, completando un podio lleno de experiencia.

Sin embargo, en el fondo del pelotón, todos sabemos que el verdadero espectáculo está reservado para mañana. Hoy los favoritos a la general guardaron fuerzas. Fue una jornada de transición, de cálculo, de ahorro de energía. Porque lo que viene es una batalla frontal entre generaciones.

La etapa final —llamada “Patrimonio Ecológico”— promete ser un desenlace épico: 130 kilómetros, cuatro puertos de montaña, incluida una llegada brutal en alto fuera de categoría que pondrá a prueba cada gramo de preparación, estrategia y talento. Ahí no habrá escondites ni márgenes para la especulación.

Y es justo ahí donde el relevo generacional tomará el mando con fuerza. El francés Léo Bisiaux, actual líder general, el italiano Giulio Pellizzari y el mexicano Isaac del Toro se perfilan como los principales contendientes para enfundarse el jersey morado. Jóvenes, ambiciosos, y con piernas frescas, representan a una nueva camada de ciclistas que no solo están irrumpiendo en el pelotón internacional, sino que están desplazando con autoridad a los grandes nombres de antaño.

Lo que antes era terreno exclusivo de los veteranos, hoy es tomado por asalto por una generación que no teme atacar, que entiende el ciclismo moderno como un deporte sin jerarquías fijas. El triunfo parcial de Caruso es valioso y digno de celebrarse, pero también es un recordatorio: los jóvenes están aquí, y vienen por todo.

Mañana, en las rampas más duras de Burgos, no solo se decidirá un campeón. Se pondrá a prueba el temple de los nuevos líderes del WorldTour. La experiencia ya tuvo su momento. Ahora, es tiempo de ver si la juventud puede coronar su dominio con una victoria absoluta.