La etapa 11 del Tour de Francia 2025, un recorrido plano de 156.8 kilómetros entre Toulouse y Toulouse, dejó mucho más que un nuevo vencedor y cambios tácticos en la clasificación general. Dejó una escena que dignifica al ciclismo: una lección de juego limpio, respeto y compañerismo entre rivales.

El vencedor fue el noruego Jonas Abrahamsen, quien coronó con valentía una jornada peligrosa, plagada de abanicos, cortes y tensión. El pelotón se desmembró varias veces por el viento lateral, mientras los favoritos luchaban por no quedar rezagados en una de esas trampas invisibles que esconde el terreno francés.

Vestido de amarillo partió Ben Healy, el irlandés del EF Education-EasyPost, símbolo de coraje y constancia, quien ha sabido resistir en este Tour como un gladiador moderno. Aunque sabe que es improbable mantener el liderato hasta París, nadie le quitará la gloria de haber sido líder en la segunda semana del Tour más prestigioso del mundo.

Una caída y el honor intacto

Pero el momento que quedará grabado en la memoria colectiva no fue ni el sprint final ni el ascenso al podio. Fue la caída de Tadej Pogacar —campeón del mundo y gran favorito al título— a pocos kilómetros de la meta, al tocar rueda de un ciclista en el reducido grupo de favoritos. Lo que vino después fue un gesto que honra a este deporte: Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y el resto de los capos del pelotón redujeron el ritmo, esperando a que Pogacar se reincorporara. Fue un acto de respeto, de grandeza... de humanidad. Porque el Tour no solo se gana con las piernas, sino también con el corazón.

¿Quién vestirá de amarillo en París?

A dos semanas del final, con los Alpes a la vista, los aspirantes al trono comienzan a perfilarse con mayor claridad:

Tadej Pogacar (UAE Team Emirates‑XRG) es el favorito indiscutible. Su triunfo en el Critérium du Dauphiné y su dominio en las clásicas lo respaldan. Ha corrido con sabiduría, sin gastar energía innecesaria, maduro y paciente. Su debilidad podría ser la baja de João Almeida y la falta de forma de Pavel Sivakov, lo que podría dejarlo aislado en los días más duros. Pero con Pogacar, basta su instinto para cambiar el guion de cualquier etapa.

Jonas Vingegaard (Visma‑Lease a Bike), bicampeón del Tour, es el rival más peligroso. Tiene un equipo de lujo: Simon Yates (ganador del Giro 2025), Wout van Aert, Sepp Kuss. Aunque perdió tiempo en la contrarreloj, sigue siendo un maestro en la alta montaña y un estratega frío. Si el Tour se decide en altitud, Vingegaard es la amenaza más seria para Pogacar.

Remco Evenepoel (Soudal‑QuickStep), el joven fenómeno belga, tiene talento de sobra y una gran contrarreloj como arma. Su talón de Aquiles sigue siendo la montaña y la falta de un equipo que lo respalde en los momentos clave. Pero su hambre de gloria y su carácter competitivo lo mantienen vivo en la pelea.

Ben Healy continúa de líder, pero todo indica que la montaña lo pondrá en su lugar. Su tenacidad ha sido admirable, y merece su momento de brillo. Mañana en Hautacam, con 180.6 km y 3850 metros de desnivel positivo, se avecina una batalla sin cuartel. La etapa 12 podría reconfigurar completamente la clasificación general.

El alma del Tour

Este Tour 2025 ha sido vibrante, impredecible, humano. Con victorias de escapados, caídas, contrarrelojes milimétricas y ahora un gesto de fair play que recordaremos por años. Lo que viene son los grandes colosos de los Pirineos y los Alpes, donde se escriben las leyendas.

¿Quién alzará los brazos vestido de amarillo frente al Arco del Triunfo el 27 de julio? Solo el Tour de Francia lo sabe. Nosotros, los testigos, solo podemos seguir soñando.