En la sexta etapa del Critérium du Dauphiné 2025, Tadej Pogacar ofreció una actuación contundente en la llegada en alto a Combloux, tras un recorrido corto pero exigente de 126 kilómetros desde Valserhône. En un día marcado por el calor —temperaturas superiores a los 32 °C—, el esloveno dejó en claro que está afinando su forma para el Tour de Francia.
La jornada, con el Mont Blanc como telón de fondo, fue la primera etapa de alta montaña de la semana y funcionó como un auténtico ensayo general para julio. En la subida final al Côte de la Cry (2ª categoría), el UAE Team Emirates impuso un ritmo selectivo, dejando sin coequiperos a Remco Evenepoel y aislando progresivamente a los favoritos.
Fue entonces cuando Pogacar atacó con autoridad. Su aceleración, limpia y sin respuesta, le permitió marcharse en solitario y abrir diferencias significativas: un minuto sobre Jonas Vingegaard y un minuto cincuenta segundos sobre Evenepoel. El ritmo impuesto, sumado al efecto acumulativo de la contrarreloj previa, dejó en evidencia que el líder del UAE tiene una base de forma ya muy sólida.
A pesar de haber cedido tiempo en la crono, Pogacar demostró que las piernas están respondiendo bien y que las condiciones de calor, altitud y ritmo no lo incomodan. Este tipo de jornadas son las que marcan tendencia de cara a la Grande Boucle, aunque aún no permiten sacar conclusiones definitivas.
Jonas Vingegaard, bicampeón del Tour, mostró cierta falta de punch en el tramo final, posiblemente como parte de un proceso progresivo de preparación tras su recuperación. Por su parte, Evenepoel sigue acumulando experiencia en este tipo de llegadas explosivas de montaña, y aunque no pudo responder al ataque, se mantiene competitivo.
Quedan tres semanas para el inicio del Tour, pero esta etapa dejó claro que Pogacar ha comenzado a mostrar sus cartas. La gran batalla por el maillot amarillo está cada vez más cerca.