En el juego de ayer en la noche se dio algo extraño en el arco rayado. Después de darle la vuelta al marcador en una escapada, Xolos logró el tanto del empate. El problema del tanto del empate es que fue un balón que pasó pegadito al portero que atajó el balón con las manos en lugar de hacerlo con los pies, que al parecer con eso hubiera resuelto de forma satisfactoria ese tema.

Mele viene en lugar del portero argentino Esteban Andrada que lo pasó mal en los últimos tiempos en Rayados. La reflexión después de ese gol, ¿será que estábamos mejor con Andrada?

Al parecer los que tienen esa idea o los que comentan no saben o no recuerdan por qué se fue Andrada. Esteban se fue porque tuvo errores bastante obvios e indignos de un portero profesional. Todos recordamos las malas “fildeadas” y el pésimo juego de pies que tenía el argentino. Con esos dos atributos bastó para que la afición se montará en la campaña de tirarle y tirarle hasta que lo quebraron. Un portero con la autoestima quebrada y con una mala recuperación es eso siempre le costará muchísimo volver a donde estaba o al menos a un nivel donde deje de ser criticado.

Entonces, ¿mejor Mele o Andrada? A Mele le tiran poco... en realidad muy poco, y en ciertas salidas no ha resuelto como se esperaba. Pero así como para emitir un juicio de valor donde pueda afirmar que mejor nos hubiéramos quedado con Andrada, no lo sé.

La afición de los Rayados se ha convertido en una devora porteros. Le tocó durísimo a Hugo González, tanto que mejor se fue a otro equipo. Después fue el turno de Andrada y ahora empieza una campaña de prensa sobre Mele. Y digo de prensa porque creo que en el sentir de la afición esos son errores puntales que no afectan tanto como para generar una crítica.

Mele me gusta, es más joven y es selección uruguaya por lo que tiene muchos motivos para jugar bien y asistir al próximo mundial. Se le van a pasar algunas y tendrá grandes atajadas y reacciones, ayer saco un par que podrían haber sido gol si no hubiese estado atento.

Esperemos más antes de juzgar la labor de un portero que lo hay hecho bien y esperamos que lo haga mejor.

¡Ánimo!