Luis Ángel Malagón, un buen portero, pero no vive un buen momento en Selección, o de plano no tiene el nivel requerido. Lo vimos errático en sus salidas, que no eran ni achiques ni esperas, sino que se quedaba ‘amarrado’ a la mitad, siendo salvado en varias ocasiones por acciones por su defensa, por proverbiales fallas del adversario o circunstancias benditas de el azar. Decía León Krauze en un tuit que hacía muchos años que la Selección Mexicana no tenía problemas con la portería, hoy, ante el retiro de dos de la tercia de ases vigentes por 20 años (Corona, Ochoa y Talavera) el arco es ya, sí, un problemón.

Sólo habría UNO, al descartarse al portero méxico/vasco Alex Padilla quien vino a México a jugar a los Pumas un torneo y no llamó la atención de nadie (otra vez, la obsesión por una “Europa infinitamente superior” por parte de nuestro futbol). Y ese ya citado UNO no es sino Carlos Acevedo, que en Santos mostró por años atajadas milagrosas, unas dobles, triples, cuádruple y hasta una quíntuple, y que inclusive se dio el lujo de anotar un gol en Querétaro, llegando sí a Selección Mexicana, pero lastimosamente se lesionó calentando cuando iba a arrancar como titular en la anterior Copa Oro; dicha lesión fue más grave de lo que la mayoría pensamos, y al día de hoy no se ha visto a Acevedo con su nivel característico.

Pero ojo, que si su club de siempre, el Santos Laguna de Torreón, lo deja ir a otro equipo, si la directiva del grupo ORLEGUI (un Rey Midas a la inversa, que todo lo que toca lo convierte en mierda) tiene por ahí un chispazo de sentido común y lo vende a un club competitivo (lo es ya casi cualquiera, excepto Atlas y Santos), tendría su último chance para llamar la atención de Javier Aguirre y así, avizorar su sueño de jugar en una copa del mundo. Calidad la tiene y de sobra, igualado por muchos versados en el tema, lo ponían a un nivel, de características y calidad, de nada menos y nada más que un ya tristemente desparecido Pablo Larios, quien reiteradamente es citado por Jorge Campos como su mentor bajo los tres palos, y quien sin chistar, lo coloca como el mejor cancerbero mexicano de todos los tiempos. En fin, ojalá se dé lo de Acevedo, porque sería tristísimo quedar eliminados del próximo Mundial (que es en casa) por una pifia de nuestro portero nacional.