En el mundo del futbol, imagino a los jugadores contrarios al Monterrey buscando la manera de salir en alguna jugada con el capitán de los Rayados del Monterrey, el exmerengue Sergio Ramos.

Imagine lo que corría por la cabeza de Ramos antes de empezar el partido. Venía de perder 6 a 0 contra el Toluca. En la mañana del sábado, el equipo de sus amores perdía el derbi madrileño 5 a 2. El juego contra el Santos era el momento de ajustar cuentas con el dios del futbol y enderezar todos estos malos resultados. El gran problema es que Santander, el árbitro en turno, no pensaba lo mismo.

Santander venía saliendo de una suspensión, y por la manera en que se dio el partido, debería de estar entrando a otra. El primer gol de Ramos fue invalidado por un supuesto fuera de lugar, determinado por los vectores de la gente del VAR. Complicado poner en duda esa decisión pues eso se supone que lo hacen con un sistema computacional especializado, aunque parezca que lo hace alguien con una regla sobre la pantalla. En la transmisión de televisión evidenciaron a los del VAR pero no fueron a profundidad por la decisión que ya habían tomado.

Ramos vuelve anotar, y ahora se lo anulan por una falta que nadie vio, solo Santander. El jugador de Rayados va por el balón y, sin tocar al defensor del Santos, le ganó el balón y anotó. ¿Qué falta vio Santander? Nadie lo sabe. Lo peor es que el VAR no lo llamó a revisar la jugada que seguramente sabían que era un gol válido.

Para rematar, uno de los jugadores del Santos le pegó un patadón a Sergio en la cara provocándole una herida de 4 puntos de sutura. Y al principio, Santander solo había amonestado al jugador, cosa que cambio cuando vio que salía sangre del rostro del capitán rayado. ¿En verdad Santander pensaba en dejar en amarilla la acción sobre Ramos?

Cuando terminó el partido, Sergio publicó en redes sobre lo vivido con una dura crítica hacia el arbitraje. Como todo lo que hace Ramos, esto seguramente tendrá impacto en todo el mundo futbolístico y pondrá en evidencia el mal arbitraje de Santander y el VAR.

¿Esto significará que los próximos arbitrajes buscaran ser mas justos? Yo, si fuera miembro del VAR que estuvo en el juego de Rayados el sábado pasado, pondría mis barbas a remojar después de la paupérrima actuación en ese partido. Dejemos en duda el primer gol pero el segundo y la expulsión después de la agresión son evidencia suficiente para otra suspensión para Santander, ¿no cree?

¡Ánimo!