La ciclista Kim Le Court, originaria de Mauricio, ha protagonizado una de las historias más inspiradoras del ciclismo actual. En 2025, a sus 29 años, conquistó la camiseta amarilla y una etapa del Tour de Francia Femenino, confirmando su lugar entre las grandes figuras del pelotón internacional. Pero detrás del éxito hay una vida marcada por la adversidad y la resiliencia.
Durante su infancia en Madagascar, Le Court contrajo malaria y cayó en coma, con solo un 50% de posibilidades de sobrevivir. Contra todo pronóstico, se recuperó, y apenas pudo, volvió a subirse a una bicicleta dentro del hospital. Esa conexión temprana con el ciclismo fue el inicio de un camino que la llevaría, años después, a competir en los mejores escenarios del mundo.
Su carrera profesional comenzó en Europa en 2015, pero una caída en el Giro de Italia la obligó a retirarse tempranamente de esa prueba y a replantearse su futuro. Regresó a África para competir en ciclismo de montaña, representó a su país en los Juegos de la Commonwealth, y poco a poco fue reconstruyendo su carrera desde sus raíces.
En 2023 decidió volver a Europa, esta vez con el respaldo de su esposo Ian Pienaar y el voto de confianza de la neerlandesa Natascha Knaven, quien la fichó para el equipo AG Insurance-Soudal. Con ellos, logró una etapa en el Giro de Italia y un cuarto lugar en el Tour de Francia 2024, señales claras de su crecimiento competitivo.
Este 2025 ha sido su consagración. Con liderazgo, inteligencia táctica y resistencia, Le Court no solo ganó una etapa, sino que se enfundó el maillot amarillo en la carrera más importante del ciclismo femenino. “Ha encontrado equilibrio y motivación, y eso se nota”, destacan desde su equipo. Kim Le Court ya no es solo una sobreviviente: es una campeona.