Lo dijimos ayer: la etapa 12 olía a fuga. Y así fue. El recorrido entre Laredo y Los Corrales de Buelna (144 kilómetros) ofrecía todos los ingredientes para que los hombres de la general cedieran protagonismo, guardando fuerzas para la gran cita del viernes en el temido L’Angliru. El guión se cumplió con precisión, pero con un final de lujo para la afición española: Juan Ayuso y Javier Romo firmaron un histórico 1-2, dejando la victoria en casa y la ilusión al rojo vivo.

Desde el kilómetro 33, en el ascenso a Alisas, un grupo numeroso de 40 corredores tomó ventaja. El pelotón de los favoritos no mostró resistencia, convencido de que ninguno de los aventureros representaba una amenaza seria para la clasificación general. Entre ellos brillaban nombres como Ayuso y Marc Soler, compañeros en el UAE, además de Campenaerts y Sheffield, todos con la misma misión: aprovechar la jornada de tregua de los capos.

Era lógico que un grupo tan amplio se deshiciera con el paso de los kilómetros. A falta de 34 para la meta, la fuga se seleccionó y emergieron los más ambiciosos. El desenlace se cocinó en las rampas de la Collada de Brenes, puerto de primera categoría que sirvió de crisol para medir fuerzas. Allí Ayuso, lanzado por un generoso Marc Soler, se marchó con determinación. La jugada estratégica encontró eco en otro español: Javier Romo, quien supo leer la carrera y unirse a la aventura ganadora.

El desenlace fue vibrante. Ayuso, ambicioso como siempre, remató con autoridad para hacerse con la etapa, mientras Romo completaba la fiesta patria entrando en segunda posición. El francés Brieuc Rolland, a 13 segundos, completó el podio de la jornada.

La clasificación general, como se esperaba, no sufrió alteraciones de fondo. Los favoritos midieron sus fuerzas con inteligencia, conscientes de que lo verdaderamente decisivo llega mañana con la subida al L’Angliru. Allí no habrá margen para especular, y las rampas imposibles dictarán sentencia sobre quién realmente está en condiciones de pelear por la maglia roja.