La Selección Mexicana de ciclismo de ruta ya tiene definidos a sus representantes para el Campeonato Mundial que se correrá en Kigali, Ruanda, y la noticia no podría ser más alentadora: Isaac del Toro contará con coequiperos que le permitirán afrontar con respaldo una de las pruebas más duras y exigentes del calendario internacional.
El joven bajacaliforniano, líder indiscutible de la escuadra tricolor, tendrá como compañeros a Éder Frayre y David Ruvalcaba, también oriundos de Ensenada, conformando así un bloque compacto y con entendimiento natural. Sin embargo, quedaron tres plazas sin ocupar, lo que abre inevitablemente la reflexión sobre la ausencia de Edgar Cadena, un corredor que ha mostrado gran nivel y que bien podría reforzar la causa mexicana en un recorrido de alta montaña como el que espera en Kigali.
Un Mundial sin concesiones
La prueba élite masculina contempla 267.5 kilómetros en un circuito de 15.1 km, con el temido muro adoquinado de la Côte Kimihurura como sello distintivo. A esto se suman 5,475 metros de desnivel acumulado: una cifra que por sí sola explica la magnitud de la exigencia. Se trata de un recorrido diseñado para escaladores puros, para ciclistas capaces de resistir el castigo incesante de las rampas y la tensión táctica de una carrera que promete ser épica.
En este contexto, Isaac del Toro llega en el mejor momento de su joven trayectoria. Sus recientes victorias en Italia y su temple mostrado en carreras de máximo nivel lo colocan como una de las promesas más serias del ciclismo mundial. México no solo lleva a un corredor en forma, lleva a un ciclista que ya se ha ganado un lugar entre los mejores de su generación.
Una oportunidad histórica
Aunque el equipo no estará completo, hay razones para confiar en que Del Toro sabrá capitalizar la oportunidad. Sus coequiperos serán clave para protegerlo, posicionarlo y permitirle ahorrar fuerzas hasta los momentos decisivos. No será sencillo, porque en un Mundial la jerarquía de las grandes naciones se hace sentir con plantillas numerosas y experimentadas, pero nada está escrito cuando las piernas responden.
México tendrá a un líder sólido, a un corredor que no solo compite, sino que inspira. En Kigali veremos a Isaac enfrentarse al reto más importante de su carrera hasta ahora, en un campeonato que será recordado por su dureza y por la esperanza que despierta en un país entero.
Que disfruten, que peleen y que se entreguen en cuerpo y alma: eso ya será motivo de orgullo.