La edición 2025 del Tour de Francia comenzó con una etapa ondulada entre Lille y Lille, con un recorrido de 184.9 kilómetros que evocó aquellas aperturas clásicas, en las que el liderazgo puede cambiar varias veces en la primera semana. Este año, al menos nueve etapas no decisivas en la montaña podrían provocar variaciones en la clasificación general, antes de que la alta montaña defina al campeón.
Con un total de 3,338 kilómetros por recorrer en tres semanas hasta llegar a los Campos Elíseos de París, las estrategias deben replantearse desde el inicio. Las etapas iniciales, llenas de rotondas, curvas cerradas y estrechos caminos en cada pueblo que cruza el Tour, pueden convertirse en trampas que eliminen a cualquiera de los aspirantes al título si no se está bien posicionado.
Tadej Pogacar declaró sentirse en buena forma, aunque con presión por responder a su equipo, al público y a sí mismo. El esloveno se ha preparado con disciplina, consciente de que debe mantenerse concentrado desde el primer día, sin perder tiempo ni posiciones frente a los otros contendientes en este Tour que, por primera vez en años, se disputa enteramente en territorio francés.
Este arranque “a la antigua” anticipa una carrera más abierta, en la que más favoritos podrán aspirar al maillot jaune. Los escaladores puros deberán resistir hasta la llegada de la alta montaña, ya que aunque hay algunos puertos intermedios, son subidas cortas y explosivas que favorecen más la potencia que la resistencia.
Los grandes favoritos —Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Primoz Roglic— tendrán que estar atentos y emplearse a fondo para evitar ser sorprendidos en este inicio de la grande boucle, donde la atención táctica y la colocación en el pelotón serán tan importantes como las piernas.
Jasper Philipsen se llevó la primera etapa y se convirtió en el primer líder de esta clásica edición. La noticia es que Remco Evenepoel perdió 39 segundos muy valiosos que le pueden cortar sus aspiraciones al título lo de la general