Después de los enfrentamientos con la prensa deportiva, el DT de los Rayados de Monterrey, Domenec Torrent, mostró un lado de los periodistas deportivos que los ponen en la misma clasificación de los aficionados de cerveza.

Los argumentos y razonamientos de estos periodistas y pseudocomentaristas se tambalean cuando el catalán les quitó la parte generar polémica, para disminuirla tanto que ya no hay otro argumento para poder preguntar lo que se podría preguntar.

Recuerdo la rueda de prensa después de la desastrosa actuación del Monterrey en la Leagues Cup. Cuando Torrent le responde al periodista que le hizo un comentario sobre el fracaso del equipo regio en el torneo y Domenec le contesta que si no se sabía otra palabra o si sabía que significaba “fracaso”. El periodista se quedo helado y no hubo una mejor pregunta.

Muchos de estos periodistas no están acostumbrados a que exista un dialogo, solo preguntas sin retroalimentación del entrevistado. Es aquí donde muchos se quedan fríos. Ha pasado con periodistas con más argumentos, como David Faitelson, donde quiere hacer polémica que se apaga rápidamente con hechos.

¿Qué tendrían que hacer las empresas que contratan a estos comentaristas? De inicio, capacitarlos más. Ya no estamos en las épocas de Roberto Hernández Jr donde todo se hacia con la intuición y la fluidez de ser un comentarista deportivo sin estudios verdaderos de lo que se está hablando. El futbol está lleno de ignorantes entrevistando que tiemblan cuando sale alguien que los reta a prepararse antes de entrevistarlo.

Alguna vez me comentó un amigo que estaba buscando una oportunidad de narrar los juegos de futbol americano en una conocida estación de radio local. Los requisitos eran tener una excelente pronunciación y conocimiento del ingles, ademas de conocer sobre el deporte: Números, estadísticas, comparaciones con otros equipos y jugadores del presente y del pasado... Un verdadero gurú del deporte.

Mi amigo cumplía con todos esos parámetros sin problema, y si le sumamos que esto lo hubiera hecho por amor al arte y no esperando una remuneración pues ya lo tenían hecho.

Al final lo probaron y no lo contrataron porque estaba un “recomendado” en esa posición. Al parecer esto mismo pasa para muchos de los periodistas que van a las entrevistas después de partido y que no saben preguntar más allá del resultado.

¿Cambiará esto? No creo... Al menos, no en el futuro cercano.

¡Ánimo!