La etapa 17 del Giro de Italia dejó una huella imborrable en esta edición, no solo por la calidad deportiva de los protagonistas, sino por la historia que se sigue escribiendo en la lucha por la maglia rosa. Isaac del Toro, el primer mexicano en ganar una etapa en el Giro en 23 años y quien en principio llegaba como un gregario, ha demostrado ser mucho más que un apoyo. Se ha convertido en un verdadero líder y en un héroe nacional, una figura que trasciende las carreras y enaltece el espíritu del deporte mexicano.

La jornada en Bormio fue un claro ejemplo de que, en el ciclismo, nada está escrito. Aunque después de la etapa 16 muchos analistas consideraban que perdería la maglia rosa en el Mortirolo, la actuación de Del Toro en la etapa 17 dejó en claro que todavía hay mucho por definir. Su victoria, sumada a la eliminación de rivales que parecían tener mayor potencial en la montaña, confirma su capacidad de resistencia y liderazgo.

A pesar de que no podemos decir todavía que Del Toro vaya a llevarse el título, su rendimiento ha enviado un mensaje potente: la carrera sigue abierta y la nación completa sigue soñando con verlo vestido de rosa en Roma. La variedad de actuaciones en esta segunda semana de montaña ha demostrado que la pelea por la general está más reñida que nunca, con solo dos etapas de gran dificultad aún por delante y un pelotón que no da nada por sentado.

Un liderazgo inesperado en un Giro impredecible

El mexicano no solo ganó su primera etapa en una gran vuelta, sino que además le sumó tiempo a su ventaja en la clasificación general, confirmando su fortaleza mental. No se dejó intimidar por un día complicado en la etapa 16, y ahora, con solo dos etapas de montaña por delante, aún mantiene opciones concretas de luchar por la victoria.

Sin embargo, Del Toro también ha mostrado sus puntos débiles. En las subidas largas y en la alta montaña, todavía le cuesta seguir a los corredores más veteranos y experimentados, como Richard Carapaz del EF Education EasyPost, ganador del Giro en 2019. Es evidente que si quiere mantener su maglia rosa en las próximas etapas, tendrá que seguir luchando con uñas y dientes, sobre todo en el Colle delle Finestre y en las subidas decisivas.

El ecuatoriano, Richard Carapaz, ahora ascendido a la segunda posición tras su ataque en la etapa 17. Con un estilo ofensivo, el ciclista de EF ha dejado claro que no descansará y que está dispuesto a pelear hasta el final. Su agresividad en las subidas largas puede ser tanto su arma como su mayor riesgo, especialmente si se desgasta demasiado en el proceso.

Por otro lado, Simon Yates (Visma-Lease a Bike), tras perder algo de terreno, aún muestra buenas cualidades en la montaña, aunque su nerviosismo y el peso de la posición parecen jugar en su contra. La sonrisa que alguna vez fue una constante en sus declaraciones empieza a disiparse, y la presión de su clasificación puede ser un factor decisivo.

El canadiense Derek Gee, la gran sorpresa de la carrera, aún lucha por mantener la compostura y aprovechar su potencial en las montañas. Con una diferencia de casi dos minutos, sabe que tiene la oportunidad de pelear por un puesto en el podio si logra mantener la resistencia en las etapas finales.

¿Qué nos deparará lo que queda?

El análisis de estas primeras etapas de montaña deja claro que la clasificación aún está absolutamente abierta. La etapa 19 y, sobre todo, la 20 en el Colle delle Finestre, serán decisivas. La intensidad y la tensión aumentarán, y posiblemente uno de estos corredores pueda dar la campanada y se coronará como campeón.

Lo más fascinante de todo es que, en un Giro repleto de incertidumbre, nadie puede garantizar quién cruzará la línea de llegada en Roma como campeón. La imprevisibilidad ha sido la auténtica protagonista de esta edición, y todavía quedan muchas páginas por escribir en esta historia.

A sus 21 años, Del Toro no solo ha conquistado una etapa y dominado la general, sino que también ha capturado los corazones de sus compatriotas y de todos los amantes del ciclismo en México. Sin duda, se está convirtiendo en un héroe nacional en ascenso, y lo que ocurra en las próximas etapas será solo otro capítulo de esa historia de ensueño que él mismo escribe con cada pedalada.

Estamos convencidos de que Isaac llegará lejos, dejando una huella imborrable en este Giro y en la historia del ciclismo mexicano.