Se van viendo los avances en la remodelación del Estadio Azteca; miles de butacas han sido ya retiradas, pero no se observa lo que otros grandes clubes a nivel mundial han hecho —y con bastante éxito—: vender al público esos asientos. Se hizo, por ejemplo, con los del antiguo estadio del Atlético de Madrid, el mítico “Vicente Calderón” (ya demolido para dar paso a la construcción de uno nuevo), y también con la remodelación del “Santiago Bernabéu”, del Real Madrid.
Si bien el producto de esa venta sería simbólico para la empresa que gestiona el estadio o para el Club América directamente, sí representa una deferencia hacia el aficionado, ya sea del América, de la selección mexicana o de cualquier otro equipo, ya que estarían comprando —literalmente— un pedazo de historia; un trozo de pasión y nostalgia.
Se podrían vender en línea, como aún hoy se pueden hallar asientos de los dos equipos antes citados de la capital española. No sólo para clientes de la CDMX, sino de todo el país e incluso del extranjero, con algún logo o leyenda, o —como algunos del Bernabéu— transformados en banquitos de bar. Esto, además, sería noticia por sí mismo. Ojalá se esté aún a tiempo de ofrecer a la afición un recuerdo tangible: esos que se adquieren para toda la vida.