Revuelo, reacciones (incluso desde Presidencia), amonestaciones, deslindes, ‘cancelación’ y hasta sanciones a Javier ‘Chicharito’ Hernández por un desafortunadísimo video, cargado con declaraciones y soflamas refiriéndose a feminidades y masculinidades y supuestos roles de estos, el cual y sinceramente es ininteligible, plagado de conceptos confusos y contradicciones, que por cierto, en nada tienen que ver con lo que el público quisiera escuchar o ver acerca suyo: el futbol, el cuál dejó hará casi unos cinco años, y donde se limita a cobrar una suerte de pensión en el club Guadalajara.
Y sucede que ya lo mismo desde hace unos años. Uno de estos coaches del conocido como “pensamiento mágico pendejo”, cuya presa son las mentes más débiles y los espíritus pobres en cuanto a un verdadero afán de desarrollo personal, y de quienes el filósofo mexicobrasileiro Diego Ruzzarin afirmó que lo más seguro es que dentro de unos años esas actividades estén prohibidas por ley, ha tomado a Javier Hernández Jr. como una jugosa presa a futuro, intentando entrenarlo para que, ya a su retiro definitivo, sirva a los intereses de su empresa, obvio, aprovechando la popularidad de un futbolista conocido en todo el mundo; Dreyfus ha visto en él millones de pesos para sí mismo y sus charlas dignas de imbéciles.
Pero no deja de llamar la atención el paralelismo del caso con el del astro argentino Lionel Messi y la FIFA, de Infantino, quien ha visto en él parte de su condición (síndrome Assperger), la cual hace que sea poco elocuente y muy disciplinado, moldeable.
Por ello, Infantino no ha hecho sino engrandecer su figura con torneos completos diseñados a modo para él, contrataciones, arbitrajes más que dudosos y campañas de publicidad obscenas, ¿con que fin?, con el de crear una figura que sea el embajador vitalicio de facto de FIFA, que promueva la agenda de Infantino y el organismo rector del futbol mundial, a sabiendas de que Messi es la antítesis de Maradona, quien osó plantar cara al organismo y sus excesivas ambiciones.
En fin, siempre se sugiere el seguir los pasos del ícono mundial mexicano, Hugo Sánchez, que a la par de su actividad deportiva profesional, logró egresar de nuestra máxima casa de estudios (UNAM) con un grado de licenciatura (odontología).