La reciente entrevista del periodista deportivo mexicano Alberto Lati al nuevo refuerzo francés del América, Allan Saint-Maximin, además de llevarla a cabo en un fluido francés fue impecable, haciendo las preguntas pertinentes, que interesan a la afición, sin nunca caer en polémicas, chistoretes ni polémica barata, como (tristemente) nos han acostumbrado en los últimos años.
Y es que creo que me equivoqué al principio del presente texto, ya que Lati no se limita a ser un periodista de futbol ni siquiera deportivo (que no es poco cosa, ojo), sino que lo es, y quizás sea el mejor en México, del universo completo de temas a tratar, y va por las notas de todos esos temas, y lo hace con resultados sublimes; solo que en el marco de magnos eventos deportivos, como copas del mundo, olímpicos y demás, lo hace con conocimiento de causa, dueño de una vastísima cultura y dominando fácil una docena de lenguas, un poliglota nato. Es de esos no muchos periodistas que suponen un lujo para nuestro país, y ojalá lo sigamos viendo más, mucho más, y no sólo a él, sino a otros que las grandes empresas de la comunicación los mantienen semi escondidos, infravalorados. Los mexicanos necesitamos menos estridencia y ofensa fácil; menos desmadre y más seriedad... más cultura y menos ignorancia.
En fin, ojalá Lati no se plegue al modelo reporteril de moda, muy poco serio, rayando en lo grotesco en ocasiones; obsceno y nulamente enriquecedor en todos aspectos. Vaya pues, que los medios de comunicación cuando menos lo intenten: lo bien hecho, lo fino y lo culto, también es consumido por nosotros, la afición (en el caso de los deportes) y la audiencia en general al momento de tratar el resto de los tópicos de interés público.