Luciendo el maillot arcoíris que lo acredita como campeón mundial de contrarreloj, el belga Remco Evenepoel volvió a dejar en claro su dominio absoluto en “la prueba de la verdad” durante la cuarta etapa del Critérium du Dauphiné. En apenas 17 kilómetros, Evenepoel marcó diferencias notables: 28 segundos sobre Jonas Vingegaard y 48 sobre Tadej Pogačar, los mismos corredores a los que enfrentará en el Tour de Francia, que arrancará el próximo sábado 5 de julio.

La contrarreloj, históricamente, ha favorecido a un perfil físico muy concreto: ciclistas altos (alrededor de 1.80 m), potentes (cerca de los 80 kg) y con extremidades largas que les permiten desarrollar una palanca más efectiva. Ese biotipo se ha considerado ideal para generar grandes vatios sostenidos a lo largo del tiempo, elemento esencial para dominar esta disciplina. Sin embargo, Evenepoel rompe con ese molde.

Con apenas 1.71 m de estatura y alrededor de 60 kilos de peso, el belga no solo desafía las convenciones, sino que se impone con contundencia. ¿Cómo es posible?

Tres claves que explican su superioridad:

1. Una posición aero perfecta (y sostenible)

Remco no solo ha afinado su postura con horas de trabajo en el túnel de viento, sino que ha logrado una capacidad asombrosa para sostener una posición extremadamente agresiva y eficiente durante todo el esfuerzo. Lo que a otros les resulta incómodo o insostenible, él lo ha convertido en un arte.

2. Core de acero

Una posición aerodinámica tan baja y cerrada exige un trabajo específico del core (zona media). El trabajo de gimnasio y la estabilidad central son determinantes para que esa postura no solo se adopte, sino que se mantenga sin perder eficiencia ni control.

3. Técnica sobre potencia bruta

Lo que Remco ha logrado es la síntesis perfecta entre aerodinámica, cadencia y técnica de pedaleo. Mientras otros dependen de su potencia absoluta, Evenepoel optimiza cada vatio gracias a una menor resistencia al viento. Como dirían en el rancho: “Más vale maña que fuerza”. O lo que es lo mismo, en la crono moderna, la técnica bien aplicada puede vencer incluso a los más potentes.

En resumen, Remco Evenepoel no solo desafía el estereotipo físico del contrarrelojista, sino que lo redefine. Su éxito no radica únicamente en lo que genera con las piernas, sino en cómo lo traduce en velocidad gracias a una ejecución técnica casi perfecta. Y eso, en el ciclismo actual, vale más que unos cuantos kilos de músculo.