La Selección Mexicana buscará un boleto a la gran final de la Copa Oro cuando esta noche se mida a su similar de Haití, equipo que no se le da muy bien al cuadro mexicano y muestra de ello fue lo que sucedió en el preolímpico para Beijing 2008 en un partido que provocó la desesperación de dos de los narradores más importantes de nuestro país: Enrique ‘Perro’ Bermúdez y Christian Martinoli 

Fue en el proceso preolímpico 2007 cuándo el Tri Sub-23, entonces dirigido por Hugo Sánchez, venía de perder ante Guatemala y empatar ante Canadá, por lo que necesitaba ganar a Haití por una diferencia de cinco goles para avanzar a las semifinales y seguir con el sueño olímpico. 

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El partido fue terriblemente entretenido pero no en un buen sentido, sino por las constantes fallas de un equipo mexicano conformado por, en ese entonces, jóvenes promesas como César Villaluz, Luis Ángel Landín y hasta el desaparecido Santiago Fernández. 

Villaluz abrió el marcador al minuto 17, mientras que once más tarde Haití se quedó con un hombre menos por la expulsión de Judelini Avesta; no obstante, pede a jugar con un hombre más, el Tri no logró ampliar la ventaja en el primer tiempo. 

Fue hasta el complemento que Edgar Andrade marcó el segundo tanto para México; sin embargo, dos minutos más tarde Guillermo Ochoa recibió un tanto de Leonel Saint Preux que complicaba todo el escenario. 

Santiago Fernández marcó al minuto 69, mientras que Villaluz tuvo la oportunidad de hacer el cuarto desde los once pasos, pero su disparo fue detenido por Placide. Enrique Esqueda puso el 4-1 al minuto 82 y siete más tarde, luego de la roja de Jean Paulin, Luis Ángel Landín hizo el último de un partido en el que México pudo haber marcado al menos cuatro o cinco goles más de no ser por la ineficacia de los delanteros mexicanos, quienes desesperaron hasta a Christian Martinoli y Enrique ‘Perro’ Bermúdez, regalaron épicas frases durante la transmisión que hasta la fecha se siguen recordando. 

Al final a México le faltó un gol para consumar la “hazaña” ante Haití y quedó eliminado de los Juegos Olímpicos, algo que no pasó desapercibido para los dirigentes mexicanos, quienes decidieron cesar a Higo Sánchez como entrenador tras semejante fracaso. 

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Cabe mencionar que los únicos sobrevivientes de aquel encuentro y que se volverán a ver las caras once años más tarde son justamente los porteros: Guillermo Ochoa y Johnny Placide.